Nombre: Pollock
Realizador: Ed Harris
Año: 2000
Género: Drama
Subgénero: Biopic
Duración: 117 minutos
Pollock es una película de Ed Harris donde él mismo interpreta al personaje principal: Jackson Pollock, famoso pintor abstracto de la década de los 50s en Estados Unidos. Trata de la vida de Pollock y de cómo llegó a convertirse en el pintor más famoso de su tiempo partiendo de cero, por un lado, y por el otro de sus problemas familiares con su esposa Lee Krasner, sus pasiones y adicciones (al cigarro y al alcohol). El triste desenlace de la vida de Pollock también está narrado aquí.
Esta película es interesante porque es el director de la misma quien encarna al personaje principal, lo cual le da más fuerza tanto a la interpretación del personaje como a la narración de la historia y a todos los aspectos que dependen de lo técnico, como planos, encuadres, movimientos de cámara, etcétera. Pertenece a un género dramático porque las escenas son emotivas, con bastante carga por parte de los actores; las situaciones son tensas. Por otro lado, pertenece también al subgénero de biopic, no muy utilizado hoy en día.
En la fotografía al inicio de este post se muestra quizá la inspiración para realizar esta película: el artículo de la revista Life en 1949 que catapultó a Pollock a la fama, pues sin esa fama nadie hubiese hecho una película de él. Esta revista sale en la película para dar a entender al espectador que así es como se hizo Jackson Pollock.
Hay miradas internas y externas en esta película, y en algunos casos se combinan. Las miradas internas se dan entre los personajes. El personaje de Marcia Gay Harden tiene una mirada muy fuerte, reprochante y dura. Esa mujer, Lee Krasner, después de todo lo que vivió con Pollock terminó siendo infeliz y amargada, y cada vez que él hacía algo incorrecto, ella lo soportaba y solo miraba a algún rincón, decepcionada. Las miradas externas son las del director, pero esta película tiene la particularidad de que el director y el actor principal son la misma persona, entonces las miradas se mezclan en este punto porque el director puede interferir dentro de la cinta, ya no ser solo alguien que da ideas para que el producto final quede bien. Es por ello que esta película es sumamente interesante de analizar, pues las miradas no están del todo marcadas, por lo menos no las de Ed Harris.
La historia de Pollock se desarrolla en la ciudad de Nueva York de los años 50, donde era muy difícil que alguien tome en cuenta las pinturas de un pintor novato. Estos años fueron muy duros para esa sociedad porque estaban en posguerra y todos todavía estaban reprimidos y atormentados por todo lo que había pasado. A este contexto hay que sumarle que es una película estadounidense, con actores y directores de Hollywood que, pese a todos los estereotipos, han logrado una historia bien trabajada, que en verdad despierte los sentimientos del espectador, y no una pieza más de chatarra hollywoodense. Los cinéfilos piensan que es una excelente película, e incluso la actriz principal ganó un Oscar como actriz de reparto.
Finalmente, con respecto a la belleza de este objeto cultural, esta radica en las tomas de las ejecuciones de las obras de Pollock. Creo que uno de los momentos más sublimes de la película es cuando, mediante diferentes planos y captando la acción desde distintos ángulos, se logra registrar la concentración y la pasión del artista creando su obra. En los gestos del actor se nota cuando se le acaba de ocurrir una idea y de hecho todo ser humano se puede identificar con él, porque no necesariamente hay que ser un artista para ser muy creativo o tener ideas que fluyen por tu mente y al final pueden convertirse en ideas ejecutable y/o rentables.
La fotografía y la iluminación quizá dan un tono un poco sombrío al film, casi como si fuera una película de suspenso, pues los colores que se usan son opacos y oscuro, excepto al final, cuando Pollock se consigue una amante joven y cuando salen juntos ella usa un vestido de flores hermoso y con colores claros, y él polos de colores claros también. Es obvio que aquí ha habido una intención externa de delimitar de esta manera el perfil de las dos mujeres en la vida de Pollock: Lee, por un lado, con su amargura y su mirada fría, pero que aún ama a su esposo, y por el otro, la amante, joven, radiante y siempre de buen humor. Como líneas finales, me gustaría agregar que esta película despertó un interés en mí por conocer un poco más de las obras de este artista y curiosidad por cómo fue su vida y su trágica muerte, por ello creo que en todos los sentidos ha estado bien realizada y de todas maneras tiene un mensaje entre líneas para todos los espectadores.